Noche de fiestas

Llega el momento en que se tiene que entrar, cueste lo que cueste. La fila es larga pero algunos se llenan de paciencia. Otros no tan estables, se colan. Sobre la puerta, la gente se aprieta, se apelmaza y les duele. Hombres que sienten intimidada su sexualidad y mujeres que son abusadas, pero callan.
Dentro, cabezas de movimientos erráticos en una multitud efervescente. Una vez más, jóvenes (y no tanto) que fraternizan en el impúdico baño de hormonas y litros de sustancias etílicas. Sin lugar a dudas, se trata de una horda en búsqueda de diversión, la cual tapará aún más los sentimientos, no se dejará ver como realmente es.
Saludan desde la fila de ingreso hasta el momento de irse. Miradas que se cruzan y engaños que se producen. Falso abrazo, sonrisa forzada, caretas puestas. Dos pasos más adelante, la charla más sincera de compañeros que se reencuentran después de un tiempo, el beso sentido de la pareja que acaba de creer que se enamora.
El boliche, también una fiesta, es una variedad inimaginable de personajes, sentimientos, líquidos y canciones, que desfilan frente a la vista incrédula del sobrio observador, que busca en el calor humano un poco de perdón. Desde el que sale por primera vez y no se dejará convencer por los excesos al veterano nocturno, de experiencia pronunciada, que hoy quebrará antes de lo pensado.
La noche no hace a todos pardos ni el alcohol ahoga todas las penas. Atentos, los ojos de un muchacho buscan en el pequeño lago de personas una conexión efímera que lo transporte a un lugar mejor. Música exageradamente alta oculta las verdaderas palabras y el silencioso se hace invisible.
Se deja ver la chica del vestido con lentejuelas, extremadamente corto, que no se deja avasallar por ebrios ignotos. Pasa el pequeño pálido y tambaleante cuerpo de un adolescente que se roza contra los brazos de las mujeres para sentir la suavidad de la pasión femenina. La pelada brillante que se deja acariciar por los finos dedos de una muchacha con labios pintados de color durazno. Nota un pibe, al saludarla, que su amiga se tiñó unos mechones de rosa en la zona de la nuca, al mismo tiempo que se siente feliz, solo por verla sonreír.
Lejos quedó el consejo que le dió su madre a aquella pequeña que se prende a la boca de un cruel destino. Los tacones altos se clavan en la tierra húmeda y las camisas blancas se manchan indefectiblemente con el fernet. Las manos que se encuentran secretamente por lo bajo, son el preludio de un beso infinito. No todas son risas y seducción, cuando aclara el cielo, algunas lágrimas corren, corazones desechos se ven en el mismo momento que risotadas lastimeras. Esa noche se embarazó alguien y tomó el último champagne de su vida otro.
Ríe la soledad de aquel tímido individuo que, por hablar suavemente, perdió la oportunidad con la bonita que se marcha de bajo las garras de un buitre charlatán. Resentimiento, envidia, vanidad. El suelo repleto de colillas de cigarrillos, vasos rotos y sustancias varias.
La partida es difícil para el que se marcha solo, divertida para el grupo de hombres, llena de ofertas para un conjunto de mujeres, cariñosa para las parejas, violenta para los inadaptados, accidentada para los que se excedieron, lenta para el que se va con el amigo que chamulla hasta que se le seca la garganta. Cruel para el que observa, de pie y con frío, aquella muchacha que le gustaba, hablando por teléfono con, probablemente, su pretendiente.

2 Comentarios aquí:

Mundo dijo...

Maravilloso Botis, maravilloso. ¿Se puede ser profesional en la observación? ¿Es un trabajo pago eso? Porque de ser así, claramente ya sé cuál es tu profesión. El resumen de tantas noches pasadas y futuras chorreando verdad desde donde se lo lea.

Años viciado de obsecuente e hipócrita diversión y… castillos sobre las nubes. Anécdotas vergonzosas disfrazadas de orgullo y proezas, problemas imaginarios que algún ingrato creo, rincones clandestinos y toneladas de lobos con piel de cordero. Adicto al cigarrillo y tal vez a la cerveza, un resultado cruel que difícilmente me atreva a confesar (aunque parezca que lo estoy haciendo en este momento, lo negaré a la brevedad instantáneamente, jaja).

“Oculta las verdaderas palabras y el silencioso se hace invisible”. Me da bronca de lo excelente que es esta frase, jaja. Poética además. El sonido no tiene imagen, por ello el silencio nunca puede ser invisible, aunque... Lo haces nacer como lógico e irrefutable. Se cosifica la idea de lo visible en base a la vida y la experiencia de lo real y existente. Además lo magnifica, porque no solo es un sonido que no se escucho, o un silencio del cual nadie se percató, no existe ni siquiera porque al mismo tiempo nadie lo vio.

“Ríe la soledad de aquel tímido individuo que, por hablar suavemente, perdió la oportunidad con la bonita que se marcha debajo de las garras de un buitre charlatán”. TAREA FINA de Patricio rey y sus redonditos de Ricota y nada más.

Un placer Bot, uno más de los tantos.

Botis dijo...

¡Cómo te gusta hacerme poner colorado! Fijate que dejé una entrevista que hice, ando de valiente y me metí en algo distinto jaja. Abrazo de conogol.