Entre sueños

ESTOS DOS TEXTOS QUE LES DEJO ACÁ LOS SOÑÉ ANOCHE, ME COSTÓ MUCHO PODER ESCRIBIRLOS, PERO LO HICE, ENTRE APURO Y DESGANO... RÚSTICOS PERO CON EL CORAZÓN.

El regreso

Hacía mucho que no venías por el barrio, ya sabés como es esto, no te ven por un par de meses y los rumores vuelan como mosquitos; rápidos y sin sentido alguno. Cambiaste bastante, ya no sos ese pibe zarpado que fuiste hasta el ’93, algunos dicen que estuviste en cana, otros que te juntaste con un hombre, pero los que te conocemos (y queremos) siempre supimos que si te fuiste era para buscar algo e ibas a volver.
Rocío formó pareja con otro, dice que no te odia, pero no quiere volver a verte tampoco y tu amigo, Ramón, se fue a capital, se junta con los muchachos de vez en cuando. ¿Viste como cambió todo? Ya no está la peluquería de la esquina pero los pibes siguen pasando a eso de la una, cuando salen del colegio… como siempre.
Obviamente te extrañamos todos, salvo quienes te llaman “desaparecido”, no les hagas caso, no entienden nada. Vas a quedarte, ¿no? Se te necesita mucho por acá, me podés dar una en el negocio y si querés te quedás en casa también.

¿Dónde te habías metido?... ¿Por qué me mirás así? Es como si no te acordaras de mi, no te vayas de nuevo, por favor, quedate.


Maldita amistad

Pasó por enfrente de su casa, rogándole a Dios que no lo viera y al mismo tiempo le suplicaba que lo saludara. Era una tarde caliente, de esas que duele respirar y si te ponés nervioso sudás litros, como él en ese momento.

Justo ella levantó la mirada, tal vez escuchó sus pasos, nadie anda en la calle a las dos de la tarde un domingo es esta ciudad. A pesar de estar sentadita en el banco de madera, que da a la ventana del cuarto de sus padres, alzó la voz para saludarlo… Pasa saludar a ese chico que volvía un placer, un sueño, cada trabajo del colegio que hicieran juntos.

Él respondió alzando un brazo y aclarando que apuraba su tranco porque llegaba tarde, era mentira, pero solo él lo sabía. No quiso cruzar a saludarla, tenía miedo (o vergüenza); era su amiga desde el jardín pero no quería afrontar la realidad.

Ambos se amaban y deseaban, no era una simple amistad, pero nunca se lo dijeron “por no arruinar esa estupenda relación” que mantenían hasta ese momento. Pero ahora no pueden ser ni siquiera amigos… en la esquina, ese viejo y oxidado Falcon, llevó junto a su prisa la vida del joven, no sé a donde iba, pero no tuvo tiempo de detenerse. Ella lo vió desde su banco de madera.

Han pasado tres años y la niña sigue sentándose todos los domingos a esperar que pase su amado…


N. del Botis:
Por si no lo notaron, al pie del blog he incorporado una mascota, se llama "Denver2" en honor a Denver, mi perro que se murió. Es un hamster y sabe correr en la rueda y comer frutillas. ¡Un aplauso para el Denver2! (se lee "denverdos", por si no entedían, no es denver-dos... va todo junto, ¿me explico?).

0 Comentarios aquí: